La revolución de los biopesticidas


Son mucho más seguros para el medio ambiente que los usuales pesticidas. Investigadores puntanos desarrollan uno en base a productos naturales de plantas que crecen en la región de Cuyo. Quieren logar un control integral de la plaga más destructiva del algodón, el picudo algodonero. Su enorme potencial de destrucción se debe a la alta capacidad reproductiva y a las numerosas generaciones que se producen en un ciclo agrícola. En San Luis, una región libre de la plaga, el cultivo creció en superficie y sigue sumando adeptos. A nivel mundial estamos ubicados dentro del "Top Ten" de los estados productores de algodón, una importante fuente de ingreso y divisas que se inyectan en la economía nacional. La zona por excelencia es el norte argentino, quien padece el flagelo de esta plaga y aún no pueden evitar sus terribles daños.



LUCHA CONTRA PLAGA DE ALGODÓN. Picudos algodoneros en el laboratorio del INTEQUI - San Luis, para estudio y desarrollo de un bioplaguicida. (Ver carpeta de fotos Andrea Sosa Araujo).


En los últimos años, los paradigmas de la agricultura se fueron transformando, ubicando a la Argentina en un lugar destacado en el escenario internacional y frente a una oportunidad histórica, para producir alimentos al resto del mundo. Para el año 2050 la demanda global de alimentos aumentará un 60 % a raíz de un mayor consumo en cantidad y calidad en los países emergentes, según datos de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). De esta manera y atentos a lo que demanda el mundo, se fueron confeccionando y desarrollando nuevos y más evolucionados modelos productivos agropecuarios, basados en la ciencia, la tecnología y el conocimiento humano.

Una agricultura moderna, sustentable, rentable y de alta productividad que de la mano del conocimiento, la ciencia y la tecnología, tiene un umbral de desarrollo extraordinario. Pero también tiene un gran desafío, contrarrestar el riesgo latente, al ataque de plagas y malezas que también se van haciendo resistentes con el tiempo, con grandes costos económicos y productivos, a pesar de los esfuerzos de los agricultores y los debates que desatan el uso de agroquímicos o agrotóxicos, en cierto grado perjudiciales a la salud humana.

En la provincia de San Luis, la frontera agrícola se fue desplazando hacia el Oeste, abriendo paso cada vez más a la agricultura de precisión y desplazando a la ganadería a zonas más marginales. La revolución verde de la soja atrajo también otras alternativas productivas, como el cultivo de algodón y con ella el riesgo al posible ingreso de la plaga más dañina conocida como el picudo algodonero, que hace estragos en el núcleo productivo de algodón más importante del país y uno de los sectores económicos que mayor mano de obra de trabajadores demanda.

Mientras que la tonelada de fibra cotiza a un valor medio cercano a los 2.200 dólares, la tonelada de indumentaria que nuestro país exporta con diseño y marca nacional, en promedio, supera los 46 mil dólares. A esos precios, si el excedente que se podrá vender al exterior de fibra (cerca de 130 mil toneladas) se procesara internamente, el potencial extra de exportación de ropa podría superar los 4.600 millones de dólares y se deberían incorporar cerca de 200 mil trabajadores adicionales a la cadena de valor, según datos de la Cámara Algodonera Argentina (*)


Crecen las áreas de cultivo y el riesgo de plagas

El aliento a la siembra de los mejores precios permitió trepar de las 450 mil hectáreas cultivadas en 2010 a unas 700 mil en 2011. De esta manera, se rotaron tierras que habían sido desplazadas por el cultivo de soja, alcanzando una producción de fibra en torno a las 310 mil toneladas, lo cual generará saldos exportables de este valioso insumo por cerca de 300 millones de dólares, teniendo en cuenta que en el país se industrializan alrededor de 180 mil toneladas. En este contexto, San Luis, si bien está ubicada lejos de la zona núcleo algodonera en el Norte del país (como Misiones, Corrientes, Formosa, Chaco, Córdoba, Salta, Jujuy, Entre Ríos y Tucumán), participa del volumen de producción y va extendiendo sus fronteras cada año.
El área de siembra de algodón en la Cuenca de la Llanura Norte en el Departamento Ayacucho,  alcanzó para la presente campaña las 2.770 has (un 22% más que la anterior) y se estima que para la próxima campaña 2012/2013 que arranca en octubre, la superficie de siembra supere el 35%. A poco de finalizar la presente cosecha se estiman rindes de cuatro mil a cinco mil kilos por hectárea, según datos de la Unidad de Extensión y Desarrollo Territorial (UE y DT) del INTA Quines.
El mayor riesgo es el picudo algodonero, una plaga que todavía no llegó a estas latitudes, por suerte, y por lo cual se conformó un equipo interdisciplinario que trabaja en una “barrera de prevención” contra la plaga. Esta situación tomó estado parlamentario y desde la Comisión de Agricultura y Ganadería de la Cámara de Diputados de la provincia, trabajan en un proyecto de ley para instalar esta “frontera” de protección contra el picudo algodonero.
Hace 17 años que la plaga entró a los campos de algodón en el país y en todo este tiempo, se fueron buscando puntos de coincidencia entre productores, desmotadores e hilanderos que permitan el cultivo del textil en forma rentable y al mismo tiempo, el fortalecimiento de la cadena productiva en beneficio de todos sus actores. La plaga encontró condiciones favorables para su dispersión, evidenciando una explosión poblacional nunca antes registrada en el país, 128.203 picudos capturados en trampas durante el año 2010 y 655.073 de enero a septiembre de 2011, según datos delPrograma Nacional de Prevención y Erradicación del Picudo del Algodonero (PNPEPA).
Pero lejos y a la vez tan cerca de la realidad productiva y el contexto económico de un cultivo que crece y presenta un gran futuro en la provincia de San Luis, un grupo de científicos e investigadores puntanos, desarrolla un biopesticida en base a plantas naturales, para contrarrestar la plaga del picudo. Y no es un dato menor, San Luis es el segundo distrito con mayor densidad de investigadores después de Capital Federal. El aporte de nuestros científicos implica mejorar el desarrollo productivo en el campo.
Los ensayos, consisten en la evaluación de  productos de síntesis buscando atractores para el picudo del algodón. Actualmente probaron 23 compuestos, algunos de síntesis de laboratorio, con la idea de disponer de una familia de compuestos relacionados químicamente para mejorar la atracción. Quieren extender el campo de aplicación y los resultados podrían tener una interesante perspectiva en relación a los recursos naturales renovables aún no explotados ni explorados y a su aplicación.

Investigaciones y ensayos

Ya no es extraño pensar en una agricultura moderna provista de medios para luchar contra plagas, que se inserten en el desarrollo de agrosistemas sostenibles. Hoy en día, la ciencia y el campo van de la mano. En este sentido, los plaguicidas desarrollados en base a productos naturales son ventajosos para el desarrollo de una agricultura ecológica y sustentable. Como la Siembra Directa en su momento, la búsqueda de agentes efectivos con reducida toxicidad, será el inicio de una nueva revolución para la agricultura.
Muchos son los esfuerzos en el país y el mundo, en la lucha contra el “picudo algodonero”. Y San Luis se suma a este desafío desde la investigación científica, de la mano del equipo de especialistas del Instituto de Investigación de Tecnología Química (INTEQUI) de la Facultad de Química, Bioquímica y Farmacia (FQByF) de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL), que desarrollan el proyecto de “química orgánica y aplicaciones de los productos naturales de plantas”, cuyo director es el Dr. Carlos Eugenio Tonn.
Esta línea se concentra en el aislamiento de metabolitos secundarios, su determinación estructural y potenciales aplicaciones en los campos de la química, bioquímica, farmacología y entomología, en base a la investigación de la química de los productos naturales de plantas que crecen principalmente en la región de Cuyo. De este proyecto, se desprende otra línea de trabajo encabezada por la Dra. Marta Sosa, en función de las “actividades de productos naturales frente a insectos” (aceites esenciales de plantas que han resultado bioactivas para controlar ciertas plagas), que busca dar en la tecla para erradicar al “picudo algodonero”.
Pensando en la agricultura del futuro, desarrollan diversos biopesticidas (o pesticida bioracional) en base a un organismo vivo (como las bacterias), también a derivados de hongos y feromonas (sustancias que secretan los mismos animales y producen una reacción al animal de la misma especie), para el control integral de plagas que afectan al sector agropecuario (agrícola y frutihortícola) y a la salud pública. Extienden sus investigaciones a plagas como la tucura, el cogollero del maíz y la vinchuca, entre otras. Incluso, desarrollan bioherbicidas para el control de malezas, como el “falso alcanfor” que se extendió en gran parte de la provincia.
La Dra. Marta Sosa presentó este trabajo, que lleva adelante con su equipo, en las “Jornadas de integración y debate sobre Medio Ambiente”, organizadas por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) San Luis, en el hotel Vista los días 19 y 20 de septiembre de 2011, presentación denominada "Productos naturales: un recurso para el desarrollo de biopesticidas".
Actualmente, para el control y erradicación de la plaga se utilizan controles desde lo etológico (tubos mata picudos y trampas), químico (insecticidas) y cultural o buenas prácticas agrícolas (destrucción de rastrojos, siembra concentrada, utilización de variedades de ciclo corto). Pero, en este desafío, Marta está trabajando en conjunto con el director del Instituto de Microbiología y Zoología Agrícola (IMYZA) del Centro Nacional de Investigaciones Agropecuarias (CNIA-INTA Castelar), el Dr. Roberto Lecuona. Cuentan con un laboratorio de cría de "picudo del algodonero" (Anthonomus grandis), que provee del material entomológico para los ensayos.
El objetivo, según la bióloga, es “obtener un atractante que luego sería colocado en trampas conjuntamente con un hongo entomopatógeno desarrollado por Lecuona”. Están evaluando productos de síntesis buscando atractores para el picudo. “Probamos 23 compuestos, algunos de síntesis de laboratorio y otros adquiridos a Sigma Aldrich. Queremos disponer de una familia de compuestos relacionados químicamente para mejorar la atracción y ampliar el campo de aplicación”, explicó. Las acciones impulsadas desde las distintas instituciones vinculadas a la ciencia y el conocimiento apuntan a que estas innovaciones posibiliten a la cadena algodonera alcanzar mayores niveles de competitividad ysustentabilidad de los sistemas productivos.

Promoción de agrosistemas sostenibles

El término biopesticida se suele utilizar para los productos implementados en el control de plagas de la agricultura cuyo origen procede de algún organismo vivo, pero también a derivados de hongos y feromonas, como las investigaciones que desarrolla el equipo de Sosa. Son un componente clave en los programas de control integrado de plagas y están recibiendo mucha importancia como medio de reducir la cantidad de pesticidas sintéticos. En agricultura ecológica los biopesticidas pueden suponer una herramienta valiosa para suplementar la rica variedad de prácticas culturales que eviten los daños en las cosechas.
Con el uso de los biopesticidas no se producen residuos peligrosos. Reduce significativamente el impacto sobre las especies y cuando son producidos localmente pueden ser más económicos que los insecticidas químicos y más efectivos que los pesticidas sintéticos.
Las plantas, en conjunto, producen más de cien mil sustancias de bajo peso molecular conocidas también como metabolitos secundarios. Semejante diversidad química es consecuencia del proceso evolutivo que llevó a la selección de especies con mejores defensas contra el ataque microbiano, o la predación de insectos y animalesHoy en día se sabe que estos metabolitos secundarios tienen un rol importante en el mecanismo defensivo de las plantas. Por lo tanto en los últimos años se está retornando al uso de las plantas como fuente de pesticidas más seguros para el medio ambiente y la salud humana.
Sin lugar a duda, los insecticidas naturales a partir de extractos vegetales constituyen una alternativa de control de insectos y las perspectivas futuras en cuanto a investigación, son aún mayores. Los compuestos son tan variados como las plantas de las cuales fueron aislados y el rango de su efecto protector va desde repelencia, disuasión de la alimentación y oviposición, hasta toxicidad aguda e interferencia con el crecimiento y el desarrollo de los insectos.
La naturaleza nos proporciona medios para la protección de cultivos que merecen nuestra atención. Estos se originan en la riqueza de las especies y su lucha por la supervivencia. La protección natural de cultivos reduce el riesgo de la resistencia en los insectos, menor consecuencia letal para los enemigos naturales, reduce la aparición de plagas secundarias y poco nocivo para el hombre y el medio ambiente.
En esta nueva revolución, la agricultura puede desarrollarse con eficiencia, alta productividad, rentabilidad y competitividad. La aplicación de nuevos conocimientos constituirá el eje de las cadenas productivas, en la agricultura del futuro. 



- Recomiendo ir al link "Videos" y visitar: Ciencia (1), (2), (3) y (4) San Luis Campo, visita al laboratorio del INTEQUI y detalle de todas las investigaciones sobre el desarrollo de biopesticidas, imágenes de los picudos en estudio.


Dra.Marta Edit Sosa
Area de Zoología
Departamento de Bioquímica y Ciencias Biológicas
Facultad de Química, Bioquímica y Farmacia
Universidad Nacional de San Luis
Chacabuco y Pedernera. San Luis Argentina CP 5700-
T.F.0266-4424698/4423789- Int. 249



Gerente Cámara Algodonera Argentina, Dra. Matilde Vetti



(*) Cámara Algodonera Argentina, Revista CAA 2011

Observar los enlaces dentro del texto que remiten a las fuentes consultadas.

- Ver link "Fotos": Picudo 

- Leer nota: "Sobrevivir aún cuando la ciencia pase desapercibida"

Algodón

Laboratorio picudo algodonero


Laboratorio INTEQUI - San Luis

Producción periodística


San Luis Campo es un programa televisivo emitido temporada 2011 por LV 90 TV Canal 13 San Luis. Producción integral y realización de contenidos, Andrea Sosa Araujo (miembro del Círculo Argentino de Periodistas Agropecuarios -CAPA-). San Luis Campo recibió el Premio Nacional "Gaviota Federal" al mejor programa agropecuario de la televisión 2011, entregado por la Asociación Argentina de Artistas  (A.A.D.A.), Mar del Plata, Diciembre.




En su tercera temporada, San Luis Campo, un programa que destaca la actividad productiva de la Provincia de San Luis, se transmitió por FM RadioHorizonte 88.3 de lunes a viernes de 10 a 11 horas. Ubicada en Local 4 del San Luis Shopping Center (sector nuevo).
Actualmente en su cuarta temporada 2015, San Luis Campo se transmite en directo por Urbana FM 107.7 San Luis, de lunes a viernes de 12 a 13 horas. La radio está ubicada en calle Pringles 555 de la Ciudad Capital. Teléfonos 4423356 / 4423356.




Andrea Sosa Araujo
Periodista
2664/614231

Huella hídrica algodón


Fabricar una camiseta de algodón de 500 gramos requiere de 4.000 litros de agua, desde la obtención de la materia prima a la industrialización. El ejemplo, entre muchos posibles, pasaría desapercibido si no fuera por este dato: sólo el 0,5% del agua del planeta es dulce.
“Es necesario que cada productor determine el costo hídrico que representa producir cada unidad y eso va a depender de la tecnología y el buen manejo que cada productor realice para que el proceso sea cada vez más eficiente”. INTA Anguil, La Pampa.




Nuevos escenarios para la agricultura


La sequía en Estados Unidos, que afecta al 75% de la superficie cultivada de maíz y soja, abre nuevas posibilidades a los países latinoamericanos. Brasil pasará a ser el mayor productor mundial de soja y Argentina se quedará con el tercer lugar.

Los problemas que enfrenta el país del Norte con sus cosechas está generando presiones al alza y la volatilidad en los precios de los alimentos, provocando incertidumbre sobre el comportamiento de los mercados internacionales de granos en el mediano plazo, pero también abre la posibilidad, para países como el nuestro, de aumentar sus exportaciones y el ingreso de divisas a la caja nacional. Los precios internacionales del maíz, el trigo y la soja, treparon más de 30% desde el inicio de junio a fines de julio. Lejos de la coyuntura política nacional, el entusiasmo en los agricultores no pasa desapercibido.

Sin duda, estamos frente a un nuevo escenario para la agricultura que no llegó, precisamente de la mano de proyecciones económicas, sino que fueron arrastradas por un factor tan impredecible como el clima. Ahora se piensa más en la agricultura y en reducir espacios para la intensificación ganadera, buscando alcanzar un mayor margen de rentabilidad productiva.

Pero no todo es Oro Verde. Argentina está dentro del “Top Ten” de los países productores de algodón en el mundo. La mejora en los precios permitió trepar de las 450 mil hectáreas cultivadas en 2010 a unas 700 mil en 2011. En este porcentaje la provincia de San Luis aportó en la presente campaña 2.770 hectáreas en la Cuenca de la Llanura Norte, en el Departamento Ayacucho y, estiman que para la campaña que arrancará en octubre, la superficie de siembra se incremente en un 35%, según proyecciones de la Agencia del INTA-Quines.

En el país se rotaron tierras que habían sido desplazadas por la soja, alcanzando una producción de fibra cercana a las 310 mil toneladas, con saldos exportables de unos 300 millones de dólares, mucho mejor aún, si tenemos en cuenta, que en el país se industrializan alrededor de 180 mil toneladas, según datos de la Cámara Algodonera Argentina. En San Luis el rinde por hectárea se estima, al cierre de la presente campaña, entre los cuatro mil y cinco mil kilos en promedio.

Empujado por un mayor crecimiento económico se proyecta un aumento del 4% en el uso industrial del algodón en el mundo que lo ubicaría en unos 24 millones de toneladas en la presente campaña 2012/13, según cifras del Comité Consultivo Internacional del Algodón (ICAC). La tonelada de fibra cotiza a un valor medio cercano a los 2.200 dólares, mientras que la tonelada de indumentaria que nuestro país exporta con diseño y marca nacional, supera los 46 mil dólares. Un escenario atractivo para una producción que va ganando terreno en San Luis. 

Un cultivo que históricamente representa para las provincias del norte argentino su mayor fuente de ingresos y de mano de obra. Una producción que hoy corre con viento a favor, si se fortalece a toda la cadena de la agroindustria textil con políticas destinadas a la mejora de la calidad del algodón y de erradicación de su mayor plaga, el picudo algodonero; como así también, promoviendo el agregado de valor para acompañar el desarrollo y crecimiento de las economías regionales.

No es un dato menor, observar que San Luis se encuentra cada vez más cerca de los estándares de eficiencia de zonas productivas consideradas centrales. De las siete millones y medias de hectáreas, que tiene la provincia, 540 mil son aptas para la agricultura, es decir un 10%, lo que arroja un margen enorme para desarrollarse, aún más. De una población cercana a los 10 mil productores agropecuarios, el 75% en promedio se volcó a la Siembra Directa.

Actualmente unas 350 mil hectáreas son de agricultura continua, agricultura de precisión, en base a buenas prácticas agrícolas. Los escenarios internacionales marcan el ritmo a las economías regionales y en San Luis hay mucho camino por recorrer si los agricultores y políticos se dejan seducir además, con todo aquello que tiene para contribuir con el desarrollo del sector agropecuario, el conocimiento y la ciencia.

Andrea Sosa Araujo

Agosto 2012

Crece el área de siembra de algodón en San Luis


Productores algodoneros sumaron en la presente campaña un 22% más de superficie de siembra que la anterior y estiman que para la próxima, que arranca en octubre, se incremente en un 35%. Para mantener la zona “libre de la plaga del picudo” se conformó un comité de vigilancia que tomó estado parlamentario con la presentación de un proyecto de ley para implementar una barrera sanitaria.


Cultivo de algodón (Cámara Algodonera Argentina).


La Cuenca de la Llanura Norte (Quines-Candelaria), en el Departamento Ayacucho, es la zona algodonera por excelencia en San Luis y la de mayor reserva de agua subterránea de la geografía puntana. Es por eso, que el cultivo se desarrolla en su mayor proporción con riego por aspersión, mediante siembra directa y en algunos casos en irrigación por surcos o caudal discontinuo que se hace con siembra convencional. Comparado con el año pasado, se incrementó en un 22% la superficie destinada a este producto, alcanzando en la presente campaña 2011/2012 las 2.770 hectáreas. Con rindes estimados hasta el momento de cuatro mil e incluso cinco mil kilos por hectárea. Esperan, de igual manera, que para la campaña 2012/2013 que arranca en octubre, la superficie de siembra se incremente un 35% más a la anterior, según explicó el Ing. Agr. Héctor Andrada, jefe de la Unidad de Extensión y Desarrollo Territorial (UE y DT) del INTA Quines.
Hay que tener en cuenta que si bien San Luis está libre de la plaga del picudo algodonero, los riesgos a que ingrese están latentes. Para la producción, tanto la semilla y las máquinas para cosechar, se compran y contratan respectivamente, en las zonas algodoneras más importantes del país donde la plaga es un verdadero flagelo. Estas serían algunas de las condiciones por las que el picudo algodonero podría ingresar a la provincia, motivo por el cual se conformó un comité de vigilancia y control, para mantener a la Llanura Norte libre del picudo. Integrado por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) Regional La Pampa-San Luis, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) Regional La Pampa-San Luis, productores, empresas, asesores técnicos y Ministerio del Campo del Gobierno de la Provincia de San Luis, buscan en conjunto articular actividades de difusión, capacitación y articulación para la implementación de barreras sanitarias y el diseño de planes de concientización que les permitan seguir preservando la Llanura del Norte libre del picudo a corto y mediano  plazo, guiados por el espíritu del Proyecto Nacional del Algodón del INTA.
La fecha promedio de siembra del algodón es en el mes de Octubre, desarrollándose el cultivo hasta el mes de abril. Las variedades utilizadas son NuOpal, Guazuncho y BR 402; mientras las desmotadoras de Cruz del Eje y la de Quines son las que procesan la producción. Las firmas que hoy producen algodón en el norte puntano son Puramel SA, también propietaria de una desmotadora; Morotí SRL, Indara Agropecuaria SA, Aceitera General Dehesa SA (AGD), Alisana SA, Agri Food SA y El Encanto Emprendimientos SA. 
El algodón es uno de los diversos cultivos que se desarrollan en esta región, con datos que relatan su presencia desde el año 1979 hasta nuestro presente con una superficie aproximada de 2.800 ha, presentando un incremento de la superficie, en el último periodo, del 22%. Además este cultivo se adapta muy bien a las condiciones climáticas adversas (sequías, altas temperaturas, etc.) que se dan en esta zona, con veranos largos y rigurosos e inviernos cortos pero intensos”, señaló Andrada.
El cultivo presenta un alto potencial de rinde en bruto, promediando los 4 mil Kg/ha con 35% de fibra, y una calidad de semilla que lo hace atractivo. La producción e inversiones en el sector son llevadas adelante principalmente por siete empresas. Cinco de ellas utilizan el sistema de riego por aspersión y las otras dos emplean el riego por caudal discontinuo. “El relevamiento llevado adelante con los productores y el SENASA provocó la valorización de este territorio en cuanto a no encontrarse presencia del picudo algodonero, y con ello las gestiones de articulación llevadas a cabo, marcan el camino a preservar la sanidad en la región”, indicó el jefe del la Agencia INTA-Quines.

Historia de la llegada del cultivo de algodón

Para entender el futuro de este cultivo, hay que mirar su pasado e historia. A fines de la década del ´90, con la llegada de distintos grupos inversores tanto nacionales como extranjeros, la zona toda se revitalizó y se inició el auge que todavía tiene hoy. En esa época, explica Andrada, se incorporó el sistema de riego por pívot y caudal discontinuo, desconocidos en la región hasta ese momento. Una de esas empresas (Grupo Saima, de capitales italianos) en la zona de Candelaria intentó introducir el cultivo de algodón nuevamente. Se trajeron variedades transgénicas (Monsanto) y se hicieron convenios de producción con el semillero Genética Mandiyú, donde se probaron variedades de punta con muy alta tecnología. Los resultados productivos fueron buenos, aunque debido a las distancias a la industria y al fuerte desarrollo de la papa, en esa época no se continuó con el proyecto algodón.
Recién a partir del año 2004 la empresa Agropecuaria Puntana (actual Morotí) introdujo nuevamente el cultivo en la región. En esta oportunidad se trajeron variedades de punta con alta tecnología (Bt y RR), se hicieron convenios con el semillero Genética Mandiyú (Monsanto). También la empresa Puramel SA introdujo el cultivo a sus planteos. Ese primer año se hicieron unas 350 has en total, en parte bajo pívot y otro tanto por surcos tradicional y caudal discontinuo. Los rendimientos obtenidos en ese momento fueron muy interesantes (alrededor de 3.500 kgs/ha), aunque el precio de venta no era del todo interesante y atractivo.
Así siguió evolucionando con el correr del tiempo, cuenta Andrada, donde otras empresas incorporaron el cultivo en sus planteos, llegando a la campaña (2010/11) a una superficie total de dos mil has. También se instaló una planta desmotadora en la zona de San Miguel (Puramel) que abaratará aún más los costos y potenciará el desarrollo del cultivo sobre todo para productores más pequeños.
Los rendimientos promedio de la zona se ubican en los cuatro mil kgs/ha de algodón bruto con un 35% de fibra al desmote en promedio. Actualmente se está trabajando con variedades de punta y alta tecnología, y de última generación en el mercado como son las Bt, RR y BR.

Estado del cultivo de algodón y evolución campaña 2011/2012 San Luis

En la campaña2011/12 fueron siete las empresas productoras de algodón en toda la región totalizando 2.770 has. Sobre una superficie agrícola total (de esas mismas empresas) de 12.365 has., el algodón representa un 22% de la superficie, manteniéndose en porcentaje similar al de la campaña pasada, aunque el aumento de la superficie fue de unas 600 has, que representa un 22%.



EMPRESA
Superficie Algodón

Moroti SRL

470 Has
Indara Agropecuaria SA
415 Has
Aceitera General Deheza SA (AGD)
373,50 Has
El Encanto Emprendimientos SA
41 Has
Puramel SA
1.110,50Has
Agri Food SA
130 Has
Margarita Roberts
230 Has
TOTAL
2.770 Has

Cuadro N° 1: Superficie de algodón por empresa productora


Las empresas Morotí SRL y Puramel SA son las que mayor antigüedad tienen en el desarrollo del cultivo en la zona con ocho años ya que lo iniciaron en el año 2004. Agri Food lleva cuatro campañas, Indara Agropecuaria tres campañas, AGD dos campañas y se iniciaron en esta campaña las empresas El Encanto Emprendimientos y Margarita Roberts. Todas en general manifiestan la intención de continuar con el cultivo aumentando el área de siembra para el futuro.

Sistemas de riego y producción

La mayoría de las empresas utilizan el sistema de riego por pívot central, y algunas incorporan otros sistemas como surco tradicional y caudal discontinuo. Sobre un total de 2.770 has el 76% de la superficie se riega con sistema de pívot central, el 16% por surcos tradicional y el 8% restante con caudal discontinuo, a diferencia de la campaña pasada donde se regaba el 86% por pívot central, la variación se da por la incorporación de campos que riegan por surcos tradicional y por caudal discontinuo.
En cuanto a los sistemas productivos, en general, todas las empresas trabajaron en siembra directa y sólo las que riegan por surcos o caudal discontinuo hicieron algo de su superficie en convencional. Este sistema se da en los lotes que se riegan por este sistema.
De acuerdo al distanciamiento entre líneas la mayor superficie se hizo 1 mt., aunque también se hizo a 95 cm (Agri Food) y a 80 cm (Indara y Aceitera General Deheza (AGD)), al igual que Margarita Roberts que tiene parte a 76 cm y parte a 80 cm.
En lo que a labores se refiere varía bastante de acuerdo al esquema que tiene cada empresa, en ese sentido está bastante repartido, hay empresas que cuentan con toda la maquinaria propia y sólo contratan la cosecha y otras que realizan todas las labores con contratistas, y las que trabajan con maquinaria propia en lo que hacen por surcos y contratan la maquinaria para lo que hacen con pívot central.
A diferencia de campañas anteriores, explica Andrada en su informe, todas las empresas manifiestan haber comprado la semilla (y no haber usado semilla propia guardada de campaña anterior) y solamente dos de ellas hacen producción de semilla (Puramel y Agri Food), en ambos casos para Genética Mandiyú.
A pesar de ser una zona con condiciones muy buenas para producción de semilla, por diferentes motivos, casi no se hace y se orientan a la producción de fibra.
La variedad más utilizada fue NuOpal (BR – Genética Mandiyú) con una superficie de 1.930 has (70%), también se utilizó la BR 402 (BR – Genética Mandiyú) con una superficie de 647 has (24%) y las 195 has restantes son con variedad Guazuncho 2000 II (6%). Todas utilizan sistemas de producción de alta tecnología, cuentan con asesoramiento técnico para el seguimiento del cultivo y utilizan reguladores de crecimiento, defoliantes y maduradores.
Otra particularidad a destacar es que todas manifiestan haber sufrido alguna clase de adversidad climática, aunque sabemos que no es extraño por la zona en la que nos encontramos, asegura el jefe de la Agencia del INTA-Quines. El viento (sobre todo en siembra convencional) heladas tardías y tempranas, y granizo afectaron en mayor o menor medida a todas las empresas y este año se sumó la fuerte sequía, que a pesar de contar con riego siempre de alguna manera repercute en los rindes y bolsillos de los productores.

Rendimientos, producción y desmote

El rendimiento promedio histórico de acuerdo a lo informado supera los 3.500 kgs/ha, con un % de fibra que ronda el 33-34%. Para esta campaña, próxima a iniciar la cosecha, esperan rendimientos que van desde los 4.500 a cinco mil kgs/ha. Se esperan incluso contando las adversidades climáticas sufridas, con lo cual se puede ver claramente el potencial del cultivo, aun sabiendo que en esta zona el riesgo de adversidades es grande.
A diferencia de la campaña anterior todas las empresas manifiestan cargar toda la producción a granel y no hacer módulos como años anteriores.
Según datos del Sistema Integrado de Información Agropecuaria del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, los rendimientos para el Departamento Ayacucho, campaña algodón 2010/11 fueron de 4.300kg/ha con una producción de 3.010 toneladas, en una superficie total de 700 hectáreas cosechadas (700 has superficie siembra).


- Andrea Sosa Araujo


- Recomendamos ir al link de "Videos": Picudo (1), (2), (3) y (4) San Luis Campo, visita a Quines en el marco de la Lucha contra el picudo algodonero, con técnicos locales, nacionales y empresas productoras de algodón.


- Para comunicarse con los técnicos del INTA - Quines y consultar el informe: “Estado del cultivo de algodón en el Norte de San Luis” - “Evolución campaña 2011/2012” (actualizado al mes de Agosto 2012):
Ing. Agr. Héctor Andrada  Jefe de Agencia INTA.QUINES

Técnico Universitario Producción Agropecuaria. UCA Tomás Olivera. Asesor Privado


Observar los enlaces dentro del texto que remiten a las fuentes consultadas.

- En breve publico carpeta Fotos visita a Quines y las empresas productoras de algodón, reunión para definir la "barrera contra el picudo algodonero" en el Norte puntano.


Dra.Marta Edit Sosa
Area de Zoología
Departamento de Bioquímica y Ciencias Biológicas
Facultad de Química, Bioquímica y Farmacia
Universidad Nacional de San Luis
Chacabuco y Pedernera. San Luis Argentina CP 5700-
T.F.0266-4424698/4423789- Int. 249




Rendimiento de la producción versus la lucha contra el picudo


En un extremo de la cadena productiva, la tonelada de fibra cotiza a un valor medio cercano a los 2.200 dólares, mientras que la tonelada de indumentaria que nuestro país exporta con diseño y marca nacional, en promedio, supera los 46 mil dólares. En el otro, la plaga del picudo algodonero evidenció una explosión poblacional nunca antes registrada en el país: 128.203 picudos capturados en trampas durante el año 2010 y 655.073 de enero a septiembre de 2011.


Campo de algodón. (Cámara Algodonera Argentina)

Desde el año 2007, el SENASA promueve un mensaje de participación, inclusión y lucha colectiva, tratando de que cada sector asuma responsablemente el rol que le corresponde, a fin de alcanzar la erradicación de la plaga. “Hace 17 años que la plaga entró a los campos de algodón en la República Argentina y en todo este tiempo, hemos comprendido la necesidad de encontrar puntos de coincidencia entre productores, desmotadores e hilanderos que permitan el cultivo del textil en forma rentable y al mismo tiempo, el fortalecimiento de la cadena productiva en beneficio de todos sus actores. Hoy, el escenario nos muestra la culminación de una segunda campaña que desde el punto de vista agroecológico, resultó favorable para el crecimiento y desarrollo de la plaga a lo que tenemos que agregar los retrasos en las siembras, cosechas tardías; falta de maquinarias para la recolección, de transporte y, también lamentablemente, de compromiso por parte de algunos integrantes de los principales eslabones del sector”, señala el Ing. Agr. Carlos E. Ramírez, coordinador temático de Protección Vegetal SENASA - Centro Regional Chaco - Formosa.
Estas condiciones propiciaron que la plaga encuentre condiciones favorables para su dispersión, evidenciando una explosión poblacional nunca antes registrada en el país, 128.203 picudos capturados en trampas durante el año 2010 y 655.073 de enero a septiembre de 2011, según datos del Programa Nacional de Prevención y Erradicación del Picudo del Algodonero (PNPEPA).
“Todo lo mencionado contribuyó a que, a pesar de los esfuerzos realizados por las distintas instituciones gubernamentales, privadas y aportes extraordinarios realizados por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación al Programa Nacional, no se haya alcanzado por el momento un nivel satisfactorio en la lucha contra la plaga", explica Ramírez.
Esta situación logró que todos los eslabones de la cadena y las instituciones públicas y privadas que intervienen en el control del picudo del algodonero, tomen conciencia de la voracidad del insecto y unan sus esfuerzos para transformar la crisis en una oportunidad para limar asperezas y fortalecer las coincidencias a fin de lograr un programa consensuado, organizado y eficiente.
El aliento a la siembra de los mejores precios permitió trepar de las 450 mil hectáreas cultivadas en 2010 a unas 700 mil en 2011, muy lejos del mínimo de 158 mil hectáreas explotadas en la temporada 2002-2003. De esta manera, “se han rotado tierras que habían sido desplazadas por el cultivo de soja y se ha alcanzado una producción de fibra en torno a las 310 mil toneladas, lo cual generará saldos exportables de este valioso insumo por cerca de 300 millones de dólares, dado que en el país se industrializan alrededor de 180 mil toneladas”, señala el director ejecutivo de la Fundación Pro Tejer, Mariano Keistelboin.
“Mientras que la tonelada de fibra cotiza a un valor medio cercano a los 2.200 dólares, la tonelada de indumentaria que nuestro país exporta con diseño y marca nacional, en promedio, supera los 46 mil dólares. A esos precios, si el excedente que se podrá vender al exterior de fibra (cerca de 130.000 toneladas), se procesara internamente, el potencial extra de exportación de ropa podría superar los 4.600 millones de dólares, cifra equivalente al total de las importaciones de energía y lubricantes requeridas por el país en 2010”, explica Mariano Keistelboin, asegurando además que “se deberían incorporar cerca de 200 mil trabajadores adicionales a la cadena de valor”.
Esta capacidad de agregado de valor de modo difundido a través de alrededor de 10 mil empresas distribuidas en todo el territorio nacional -la mayoría pymes-, generando cerca de medio millón de personas empleadas en la cadena agro industrial en forma directa, es la más importante entre las distintas cadenas agroindustriales del país.
“La comparación con la agregación de valor de la cadena sojera hace más elocuente el potencial de la cadena algodonera. Mientras la tonelada de porotos de soja vale cerca de 500 dólares, la tonelada de aceite a granel de soja (su producto de mayor valor agregado explotado de modo difundido), cotiza a 1.300 dólares. No obstante, dada la tasa de transformación, se necesitan cinco toneladas de porotos para transformarse en una tonelada de aceite. El resto de los porotos se utiliza para otros productos de menor valor agregado aún como los pellets y las harinas o desperdicios. A pesar de esa gran diferencia en la capacidad de generación del valor, el país destina alrededor del 60% de su área de siembra a la soja y menos del 2% al cultivo del algodón”, destaca el director ejecutivo de la Fundación Pro Tejer.
“Hacer realidad esa potencialidad de la cadena agroindustria textil requiere del desarrollo de un conjunto de políticas públicas que conformen un plan integral. En la producción algodonera, es esencial el fortalecimiento de los programas de mejora de la calidad del algodón y de erradicación de su mayor plaga (el picudo algodonero), principales obstáculos de la manufactura interna", indicó.
Por otro lado, "también resulta imperioso diseñar políticas de promoción específicas para la industrialización del cultivo, como la difusión del acceso al crédito para las pymes y la formalización del trabajo en la confección”, plantea Keistelboin.
“Estas medidas retroalimentarán la generación de una gran riqueza con inclusión social, dadas las características estructurales de la cadena de valor en Argentina. Este renovado canal de productivo motorizará la actividad de las economías regionales, la generación de puestos trabajo y, por su atomización y dispersión territorial, operará con alta incidencia como fuente de distribución del ingreso en todo el país”, señala pensando en el desarrollo nacional, Mariano Keistelboin.
El sector productivo tiene varios desafíos que enfrentar de la mano del conocimiento y la investigación, buscando descubrir alguna herramienta biotecnológica o genética para contrarrestar el daño que está causando el picudo algodonero.