Son mucho más seguros para el medio ambiente que
los usuales pesticidas. Investigadores puntanos
desarrollan uno en base a productos
naturales de plantas que crecen en la región de Cuyo. Quieren logar un control integral de la plaga más destructiva
del algodón, el picudo algodonero. Su enorme potencial de destrucción se debe a
la alta capacidad reproductiva y a las numerosas generaciones que se producen
en un ciclo agrícola. En San Luis, una región libre de la plaga, el cultivo creció en superficie y sigue
sumando adeptos. A nivel mundial estamos ubicados dentro del "Top Ten" de los estados productores de algodón, una importante fuente de ingreso y divisas que se inyectan en la economía nacional. La zona por excelencia es el norte argentino, quien padece el flagelo de esta plaga y aún no pueden evitar sus terribles daños.
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LUCHA CONTRA PLAGA DE ALGODÓN. Picudos algodoneros en el laboratorio del INTEQUI - San Luis, para estudio y desarrollo de un bioplaguicida. (Ver carpeta de fotos Andrea Sosa Araujo). |
En los últimos años, los paradigmas de la agricultura se fueron
transformando, ubicando a la Argentina en un lugar destacado en el escenario
internacional y frente a una oportunidad histórica, para producir alimentos al
resto del mundo. Para el año 2050 la demanda global de alimentos aumentará un
60 % a raíz de un mayor consumo en cantidad y calidad en los países emergentes,
según datos de la Organización de Naciones
Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). De esta manera y
atentos a lo que demanda el mundo, se fueron confeccionando y desarrollando
nuevos y más evolucionados modelos productivos agropecuarios, basados en la
ciencia, la tecnología y el conocimiento humano.
Una agricultura moderna, sustentable, rentable y de alta productividad que
de la mano del conocimiento, la ciencia y la tecnología, tiene un umbral de
desarrollo extraordinario. Pero también tiene un gran desafío, contrarrestar el
riesgo latente, al ataque de plagas y malezas que también se van haciendo
resistentes con el tiempo, con grandes costos económicos y productivos, a pesar
de los esfuerzos de los agricultores y los debates que desatan el uso de
agroquímicos o agrotóxicos, en cierto grado perjudiciales a la salud humana.
En la provincia de San Luis, la frontera agrícola se fue desplazando hacia
el Oeste, abriendo paso cada vez más a la agricultura de precisión y
desplazando a la ganadería a zonas más marginales. La revolución verde de la
soja atrajo también otras alternativas productivas, como el cultivo de algodón
y con ella el riesgo al posible ingreso de la plaga más dañina conocida como el
picudo algodonero, que hace estragos en el núcleo productivo de algodón más
importante del país y uno de los sectores económicos que mayor mano de obra de
trabajadores demanda.
Mientras que la tonelada de fibra cotiza a un valor
medio cercano a los 2.200 dólares, la tonelada de indumentaria que nuestro país
exporta con diseño y marca nacional, en promedio, supera los 46 mil dólares. A
esos precios, si el excedente que se podrá vender al exterior de fibra (cerca
de 130 mil toneladas) se procesara internamente, el potencial extra de
exportación de ropa podría superar los 4.600 millones de dólares y se deberían
incorporar cerca de 200 mil trabajadores adicionales a la cadena de valor,
según datos de la Cámara
Algodonera Argentina (*)
Crecen las áreas de cultivo y el riesgo de plagas
El aliento a la siembra de los mejores precios permitió
trepar de las 450 mil hectáreas cultivadas en 2010 a unas 700 mil en 2011. De
esta manera, se rotaron tierras que habían sido desplazadas por el cultivo de
soja, alcanzando una producción de fibra en torno a las 310 mil toneladas, lo
cual generará saldos exportables de este valioso insumo por cerca de 300
millones de dólares, teniendo en cuenta que en el país se
industrializan alrededor de 180 mil toneladas. En este contexto, San Luis, si
bien está ubicada lejos de la zona núcleo algodonera en el Norte del país (como Misiones,
Corrientes, Formosa, Chaco, Córdoba, Salta, Jujuy, Entre Ríos y Tucumán), participa del volumen de producción y va extendiendo sus fronteras cada
año.
El área de siembra de algodón en la Cuenca de la Llanura Norte en el
Departamento Ayacucho, alcanzó para la presente campaña las 2.770 has (un
22% más que la anterior) y se estima que para la próxima campaña 2012/2013 que
arranca en octubre, la superficie de siembra supere el 35%. A poco de finalizar
la presente cosecha se estiman rindes de cuatro mil a cinco mil kilos por
hectárea, según datos de la Unidad de Extensión y Desarrollo Territorial
(UE y DT) del INTA Quines.
El mayor riesgo es el picudo algodonero, una plaga que todavía no llegó a
estas latitudes, por suerte, y por lo cual se conformó un equipo
interdisciplinario que trabaja en una “barrera de prevención” contra la plaga.
Esta situación tomó estado parlamentario y desde la Comisión de Agricultura y
Ganadería de la Cámara de Diputados de la provincia, trabajan en un proyecto de
ley para instalar esta “frontera” de protección contra el picudo algodonero.
Hace 17 años que la
plaga entró a los campos de algodón en el país y en todo este tiempo, se fueron
buscando puntos de coincidencia entre productores, desmotadores e hilanderos
que permitan el cultivo del textil en forma rentable y al mismo tiempo, el
fortalecimiento de la cadena productiva en beneficio de todos sus actores. La
plaga encontró condiciones favorables para su dispersión, evidenciando una
explosión poblacional nunca antes registrada en el país, 128.203 picudos
capturados en trampas durante el año 2010 y 655.073 de enero a septiembre de
2011, según datos delPrograma
Nacional de Prevención y Erradicación del Picudo del Algodonero (PNPEPA).
Pero lejos y a la vez
tan cerca de la realidad productiva y el contexto económico de un cultivo que
crece y presenta un gran futuro en la provincia de San Luis, un grupo de
científicos e investigadores puntanos, desarrolla un biopesticida en base a
plantas naturales, para contrarrestar la plaga del picudo. Y no es un dato
menor, San Luis es el segundo distrito con mayor densidad de investigadores
después de Capital Federal. El aporte de nuestros científicos implica mejorar
el desarrollo productivo en el campo.
Los ensayos,
consisten en la evaluación de productos de síntesis buscando atractores
para el picudo del algodón. Actualmente probaron 23 compuestos, algunos de
síntesis de laboratorio, con la idea de disponer de una familia de compuestos
relacionados químicamente para mejorar la atracción. Quieren extender el campo
de aplicación y los resultados podrían tener una interesante perspectiva en
relación a los recursos naturales renovables aún no explotados ni explorados y
a su aplicación.
Investigaciones y ensayos
Ya no es extraño pensar en una agricultura moderna
provista de medios para luchar contra plagas, que se inserten en el desarrollo
de agrosistemas sostenibles. Hoy en día, la ciencia y el campo van de la mano.
En este sentido, los plaguicidas desarrollados en base a productos naturales
son ventajosos para el desarrollo de una agricultura ecológica y sustentable.
Como la Siembra Directa en su momento, la búsqueda de agentes efectivos con
reducida toxicidad, será el inicio de una nueva revolución para la agricultura.
Muchos son los esfuerzos
en el país y el mundo, en la lucha contra el “picudo algodonero”. Y San Luis se
suma a este desafío desde la investigación científica, de la mano del equipo de especialistas del Instituto de Investigación de Tecnología
Química (INTEQUI) de la Facultad de Química, Bioquímica y Farmacia
(FQByF) de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL), que desarrollan el
proyecto de “química orgánica y aplicaciones de los productos naturales de
plantas”, cuyo director es el Dr. Carlos Eugenio Tonn.
Esta línea se concentra en el aislamiento de metabolitos
secundarios, su determinación estructural y potenciales aplicaciones en los
campos de la química, bioquímica, farmacología y entomología, en base a la
investigación de la química de los productos naturales de plantas que crecen
principalmente en la región de Cuyo. De este proyecto, se desprende otra línea
de trabajo encabezada por la Dra. Marta Sosa, en función de las “actividades de productos
naturales frente a insectos” (aceites esenciales de plantas que han resultado
bioactivas para controlar ciertas plagas), que busca dar en la tecla para
erradicar al “picudo algodonero”.
Pensando en la agricultura del futuro, desarrollan diversos biopesticidas
(o pesticida bioracional) en base a un organismo vivo (como las bacterias),
también a derivados de hongos y feromonas (sustancias que secretan los mismos
animales y producen una reacción al animal de la misma especie), para el
control integral de plagas que afectan al sector agropecuario (agrícola y
frutihortícola) y a la salud pública. Extienden sus investigaciones a plagas
como la tucura, el cogollero del maíz y la vinchuca, entre otras. Incluso,
desarrollan bioherbicidas para el control de malezas, como el “falso alcanfor”
que se extendió en gran parte de la provincia.
La Dra. Marta Sosa presentó este trabajo, que lleva adelante con su equipo,
en las “Jornadas de integración y debate sobre Medio Ambiente”, organizadas por
el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y
Técnicas (CONICET) San
Luis, en el hotel Vista los días 19 y 20 de septiembre de 2011,
presentación denominada "Productos naturales: un recurso para el
desarrollo de biopesticidas".
Actualmente, para el control y erradicación de la plaga se utilizan
controles desde lo etológico (tubos mata picudos y trampas), químico
(insecticidas) y cultural o buenas prácticas agrícolas (destrucción de
rastrojos, siembra concentrada, utilización de variedades de ciclo corto).
Pero, en este desafío, Marta está trabajando en conjunto con el director del
Instituto de Microbiología y Zoología Agrícola (IMYZA) del
Centro Nacional de Investigaciones Agropecuarias (CNIA-INTA
Castelar), el Dr. Roberto Lecuona. Cuentan con un laboratorio de
cría de "picudo del algodonero" (Anthonomus grandis), que provee del
material entomológico para los ensayos.
El objetivo, según la
bióloga, es “obtener un atractante que luego sería colocado en trampas
conjuntamente con un hongo entomopatógeno desarrollado por Lecuona”. Están
evaluando productos de síntesis buscando atractores para el picudo. “Probamos
23 compuestos, algunos de síntesis de laboratorio y otros adquiridos a Sigma Aldrich.
Queremos disponer de una familia de compuestos relacionados químicamente para
mejorar la atracción y ampliar el campo de aplicación”, explicó. Las acciones impulsadas desde las distintas instituciones vinculadas a la
ciencia y el conocimiento apuntan a que estas innovaciones posibiliten a la
cadena algodonera alcanzar mayores niveles de competitividad ysustentabilidad de los
sistemas productivos.
Promoción de agrosistemas sostenibles
El término biopesticida se
suele utilizar para los productos implementados en el control de plagas de la
agricultura cuyo origen procede de algún organismo vivo, pero
también a derivados de hongos y feromonas, como las investigaciones que
desarrolla el equipo de Sosa. Son un componente
clave en los programas de control integrado de plagas y están recibiendo mucha
importancia como medio de reducir la cantidad de pesticidas sintéticos. En
agricultura ecológica los
biopesticidas pueden suponer una herramienta valiosa para suplementar la rica
variedad de prácticas culturales que eviten los daños en las cosechas.
Con el uso de los
biopesticidas no se producen residuos peligrosos. Reduce
significativamente el impacto sobre las especies y cuando son producidos
localmente pueden ser más económicos que los insecticidas químicos y
más efectivos que los pesticidas sintéticos.
Las plantas, en conjunto, producen más de cien mil
sustancias de bajo peso molecular conocidas también como metabolitos
secundarios. Semejante diversidad química es consecuencia del proceso evolutivo
que llevó a la selección de especies
con mejores defensas contra el ataque microbiano, o la predación de insectos y
animales. Hoy en día se sabe que
estos metabolitos secundarios tienen un rol importante en el mecanismo defensivo
de las plantas. Por lo tanto en los últimos años se está retornando al uso de
las plantas como fuente de pesticidas más seguros para el medio ambiente y la salud humana.
Sin lugar a duda, los insecticidas naturales a partir
de extractos vegetales constituyen una alternativa de control de insectos y las
perspectivas futuras en cuanto a investigación, son aún mayores. Los compuestos
son tan variados como las plantas de las cuales fueron aislados y el rango de
su efecto protector va desde repelencia, disuasión de la alimentación y
oviposición, hasta toxicidad aguda e interferencia con el crecimiento y el
desarrollo de los insectos.
La naturaleza nos proporciona medios para la protección de cultivos que merecen nuestra
atención. Estos se originan en la riqueza de las especies y su lucha por la
supervivencia. La protección natural de cultivos reduce el riesgo de la resistencia en los insectos, menor consecuencia
letal para los enemigos naturales, reduce la aparición de plagas secundarias y
poco nocivo para el hombre y el medio ambiente.
En esta nueva revolución, la agricultura puede desarrollarse con
eficiencia, alta productividad, rentabilidad y competitividad. La aplicación de nuevos conocimientos constituirá el
eje de las cadenas productivas, en la agricultura del futuro.
- Recomiendo ir al link "Videos" y visitar: Ciencia (1), (2), (3) y (4) San Luis Campo, visita al laboratorio del INTEQUI y detalle de todas las investigaciones sobre el desarrollo de biopesticidas, imágenes de los picudos en estudio.
Dra.Marta Edit Sosa
Area de Zoología
Departamento de Bioquímica y Ciencias Biológicas
Facultad de Química, Bioquímica y Farmacia
Universidad Nacional de San Luis
Chacabuco y Pedernera. San Luis Argentina CP 5700-
T.F.0266-4424698/4423789- Int. 249
Area de Zoología
Departamento de Bioquímica y Ciencias Biológicas
Facultad de Química, Bioquímica y Farmacia
Universidad Nacional de San Luis
Chacabuco y Pedernera. San Luis Argentina CP 5700-
T.F.0266-4424698/4423789- Int. 249
Gerente Cámara
Algodonera Argentina, Dra. Matilde Vetti
(*) Cámara Algodonera Argentina, Revista CAA 2011
- Observar los enlaces dentro del texto que remiten a las fuentes consultadas.
- Ver link "Fotos": Picudo
- Leer nota: "Sobrevivir aún cuando la ciencia pase desapercibida"